Con la llegada del verano solemos acudir con ilusión a la playa para poder refrescarnos y darnos un baño pero al igual que nosotros este mismo pensamiento lo tienen las medusas.
Estos pequeños seres de cuerpo gelatinoso proliferan en la mayoría de las costas debido a las altas temperaturas y a la escasez de agua dulce en las costas debido a las pocas precipitaciones por lo que suelen acercarse más a la costa ya que no tienen dicha barrera natural. A pesar de ser aparentemente inofensivas, las medusas están dotadas de un toxina que cuando produce su picadura por contacto puede llegar a ser bastante molesta para el bañista. Las medusas no atacan a los bañistas por tenerles manía sino porque cuentan con unas células que les permiten detectar el cambio de temperatura en el agua que las rodea lo que hace que activen su mecanismo de ataque al considerar que se puede tratar de una presa por lo que si ves una es mejor apartarse y nadar en otra dirección.
A pesar de lo vulgarmente conocido, se ha demostrado por los servicios médicos que ni el agua dulce ni la orina ayudan para paliar el dolor y que el mejor tratamiento para combatir una picadura de medusa es limpiar la zona afectada con abundante agua salada para posteriormente cubrirla con gasas húmedas. Al mismo tiempo, avisan que nunca se debe limpiar la herida con arena pues favorece que la zona afectada se expanda lo cual producirá aún más dolor y picor. Una vez limpiada la herida es recomendable aplicar un antihistamínico en forma de pomada durante las primeras horas pues ayudará a combatir la toxina. Si en la zona de la herida hay aún algún tentáculo de la medusa deberemos retirarlo con unos guantes para evitar que nos pueda volver a picar.
Por último queremos prevenirte que el malestar de la picadura de una medusa puede tardar en desaparecer entre media hora y una hora pero nunca tarda más de tres días en curarse.