Cómo ayudar en el parto de nuestra gata

El alumbramiento es uno de los acontecimientos más importantes en la vida de la mascota, aunque generalmente para las gatas el parto suele suceder sin problema. Sin embargo, esto no significa que no se deba prestar la debida atención a la situación, en caso de que se requiera actuar rápidamente si es que hubiese algún inconveniente que pueda ser subsanado rápidamente, sin olvidar que éste es un momento delicado para nuestra mascota.

Unos de los primeros signos de que la gata ya está por alumbrar, se dará unos días antes, cuando notará cambios en el comportamiento habitual del animal, como pérdida de apetito, actitudes diferentes y en algunos casos lamerá frecuentemente su vulva, debido a que puede que empiece a sentir ligeras contracciones, las cuales irán en aumento hasta que comience a parir.

Si es que se preparó alguna caja en donde había previsto con antelación, en donde ocurriría el parto pero la gata lo hizo en otro lugar, es mejor dejarla en donde está y no perturbarla durante ese momento. Lo que puede hacer para asistirla es poner alrededor del sitio en donde esté pariendo, una buena cantidad de paños o trapos limpios. Una vez que las crías nacieron, alguna persona en quien la gata conozca y confíe mucho podrá comenzar a trasladarlas a su caja.

Cada cría puede tardar en nacer entre unos minutos o un par de horas. Sabrá que nacieron todas si ya expulsó la placenta. En el caso de que esto no ocurra ya después de veinticuatro horas, llevarla al veterinario, de la misma manera, si pasaron ya 4 horas y aún cree que hay crías aún no nacidas. También si es que la duración normal de la preñez ya pasó, existen contracciones pero no hay nacimientos, debido posiblemente al tamaño de las crías, llamar al veterinario.

Durante el parto lo que verá será que cada una de las crías vendrán dentro de una bolsa individual, siendo la madre quien procederá a retirar el cordón umbilical, si no lo hiciera, se deberá proceder a cortarlo, previamente anudando un hilo desinfectado, a un par de centímetros del vientre de la cría, contando otros dos centímetros desde el hilo, en donde procederá a cortar el cordón con una tijera esterilizada.

Después la placenta será expelida, la cual la gata ingerirá. En el caso de que la gata no retire las bolsas individuales, entonces el dueño deberá hacerlo con mucha delicadeza y cuidado, ayudándose de una toalla, limpiando también la nariz y la boca, se debe frotar ligeramente esta zona para incentivar el sistema respiratorio.

Si sucede que una cría no puede terminar de nacer, incluso con la asistencia de la gata y note que ésta ya no posee energías para continuar, podrá intervenir estirando, con las manos en unos guantes esterilizados, con delicadeza pero con firmeza, a la cría para ayudarla a salir, sin lastimar a la gata ni a la cría, acompañando las contracciones.

Una vez que el nacimiento terminó, los gatitos buscarán naturalmente alimentarse de la primera leche o calostro de la gata, que posee todo lo que necesitan para fortalecerse. Si nota que alguno de ellos no se está alimentando, ayúdelo con delicadeza.

Sobre el artículo

Categorias: Animales
Ultima modificación: 07/08/2013