Las avispas a diferencia de las abejas no recolectan polen y se defienden de sus depredadores usando el aguijón que poseen. Ambas, avispas y abejas, pertenecen al mismo orden, el de los himenópteros.
Existen cerca de doscientas mil especies diferentes de avispas en todo el planeta Tierra por lo que pueden encontrarse en cualquier hábitat salvo en las regiones polares donde por las extremas temperaturas no pueden sobrevivir. Climas tropicales, desiertos, bosques, pantanos, climas templados son algunos ejemplos en donde podrás encontrar los nidos de dichos insectos voladores.
Las avispas no usan cera como las abejas para crear sus nidos sino que generalmente lo hacen por medio de una pasta que generan al masticar papel y otras fibras vegetales. La pasta que se usa para la construcción del nido adquiere una gran dureza al secarse. La encargada de hacer el nido en su fase inicial será la reina pues es la única que sobrevive al invierno. Otras especies pueden hacer sus nidos en el interior de árboles huecos o en algunas zonas de las viviendas como las terrazas o tejados. Otras especies optarán por hacer sus nidos colgados de árboles o arbustos.
Las avispas son omnívoras. Se alimentan de otros insectos así como de frutas maduras u otras fibras vegetales. Ciertas especies tienen un alto valor económico pues aunque no sobrevivan más de un año se utilizan para controlar plagas de pulgones, polillas u orugas que afectan a diversos cultivos. Por ejemplo, la avispa devoradora deposita sus larvas en el interior de los insectos que provocan la plaga y al eclosionar utilizan al huésped como fuente de alimento.