Los armadillos pertenecen a la familia de los Dasipódidos, se conocen aproximadamente veinte especies de esta familia. El armadillo es un animal caracterizado por su gran coraza, se le encuentra habitando praderas secas, zonas en la sabana africana y asiática, pampas americanas, bosques secos y caducifolios, desiertos de Sudamérica y el sur de Estados Unidos, entre otros cuantos lugares. También pueden ser encontrados en cautiverio dentro de un zoológico. Su vida se ve amenazada por coleccionista de animales exóticos y en algunos países por considerarlos un platillo suculento.
El armadillo en estado salvaje se alimenta de pequeños pájaros, insectos, lagartijas de tallas menores, una gran variedad de plantas y culebras. Poseen patas delanteras muy desarrolladas, con ayuda de éstas llegan a los nidos sobre los árboles, los rompen y consumen los huevos. Utilizan sus afiladas garras y dientes para poder capturar a sus presas, si bien su gran armadura puede ser una desventaja en el momento de cazar, también les proporciona la protección necesaria a las altas temperaturas. Con su pegajosa y larga lengua atrapan insectos hormigas y termitas, que resulta en un festín para esta criatura.
Su cuerpo llega a medir entre 30 a 150 centímetros, dependiendo de su alimentación y el hábitat en el que se encuentren, su coraza está formada por láminas corneas, sobrepuesta una sobre otra y unidas en su interior, formando una sola estructura y un fuerte escudo que protege su cabeza de los depredadores y el clima; entre cada lamina suele crecerles un poco de cabello.