Aparte de gatos y perros una de las mascotas más habituales es el hámster dorado, ya que para muchas personas estos roedores son adorables además de que no requieren mucho trabajo para su cuidado, adaptándose fácilmente a la vida en cautiverio. Pero antes de optar por tener un roedor es necesario que nos informemos un poco más sobre su fisonomía y comportamiento, sus hábitos y cuidados, empezando por su alimentación.
Cuando un hámster dorado crece, puede llegar a medir unos 17,5 cm de longitud y viven hasta tres años como máximo. Posee lo que se conoce como abazones similares a bolsas que utilizan para transportar comida a sus madrigueras. Con sus dedos sostienen su alimento mientras comen, así pueden ingeniárselas para romper las cáscaras de los alimentos duros o roer el resto de la comida.
La obesidad es una patología muy frecuente en los hámsteres, debida normalmente a una dieta inadecuada, por lo que es muy importante que prestemos gran atención a la alimentación de estos animales.
Los hámsteres son animales omnívoros. Pueden comer una gran variedad de semillas, frutas y verduras pero su dieta también debe incluir proteína animal. Una dieta adecuada para un hámster estará constituida en un 50% por pienso de gama alta o preparado casero. En este último caso hay que asegurarse de añadir proteínas con algo de queso fresco y/o pavo.
Una dieta rica para un hámster incluirá verduras, frutas y otras plantas. Las verduras se servirán crudas. En principio cualquier verdura podrá servir, salvo el ruibarbo, las judías, el puerro, cebollas, ajos, apio, perejil, legumbres y patatas. Las frutas deben ser bajas en calorías, con lo que evitaremos productos como plátanos, uvas, aguacate, higos, etc.
Tenemos que tener en cuenta que se trata de alimentos perecederos por lo que sólo debemos suministrarle la cantidad que vaya a comerse en el día.