En una pecera pueden haber muchas clases de peces y todos y cada uno de ellos tendrán unas necesidades básicas que podrán ser radicalmente diferentes por lo que no servirán los mismos alimentos en unos casos que para otros.
En primer lugar deberemos asegurarnos que nuestra pecera reúne las condiciones necesarias para albergar a sus nuevos inquilinos. En el caso de tratarse de peces tropicales la pecera deberá poseer un calentador de agua que mantenga la temperatura ideal en todo momento. También deberemos proveernos de una bomba de aire para generar oxígeno y de una bomba de limpieza para retirar toda la suciedad del agua. Si, suciedad que vendrá dada por los posibles excesos de comida y por la suciedad que generen los peces.
Una vez que tengamos todos esos componentes deberemos asesorarnos del tipo de alimentación que requieren nuestros peces. En la mayoría de las tiendas que venden acuarios o en grandes superficies se puede adquirir este tipo de alimentación. Vendrá etiquetada según el tipo de pez (tropicales, agua salada…) pero, deberemos asegurarnos leyendo las etiquetas para saber que corresponde con los peces que poseemos. Este tipo de comida suele presentarse en botes y suele tener dos formatos básicamente: granulado y escamas.
En caso de tener dudas lo ideal será siempre acudir a un especialista y preguntarle por el tipo de alimentación adecuada y las dosis. Es importante saber esto pues hay especies que en el momento que tengan carencia de comida se pueden volver agresivos y atacar al resto de peces que haya en la pecera.