Una estrella, para la mayoría, es tan sólo un objeto astronómico que brilla con luz propia en el espacio, de un modo técnico y preciso, una estrella se trata de una esfera de plasma que mantiene la figura esférica que se observa desde la tierra gracias a un fuerte equilibrio de fuerzas llamado “equilibrio hidrostático”.
Desde la tierra solamente se observa una forma general de las estrellas, sin embargo existen muchos tipos diferentes de ellas en el universo, algunas de ellas son denominadas “enanas” y se observan en tonos marrones, otras se denominan “mega súper gigantes” caracterizadas por colores rojo y azul. En la astronomía existe una clasificación precisa y extensa que cada nuevo descubrimiento agrega una nueva clase a la secuencia, algunas de ellas son:
- Clase O: Son estrellas muy calientes formadas en su mayoría por oxígeno y nitrógeno, en la capa superior poseen un hilo de helio.
- Clase B: Las capas internas son muy brillantes y conforme llegan a la superficie palidecen progresivamente.
- Clase A: Por su composición se conocen como estrellas de hidrogeno.
- Clase F: Las estrellas constituyentes de este grupo están formadas por líneas H y K del calcio y las líneas características del hidrógeno.
- Clase G: Estas abarcan estrellas con fuertes líneas H y K del calcio y sus líneas de hidrógeno son más débiles; el Sol está dentro de este grupo.
- Clase K: Tienen fuertes líneas del calcio y la presencia de indicadores de diversos metales.
- Clase M: Dominadas por bandas que indican la presencia de óxidos metálicos, sobre todo óxido de titanio.