Cuando comenzó la humanidad, los primeros pobladores fueron de vida nómada, buscando vivienda y alimento cada día en un nuevo lugar. Cuando descubrieron que podían desarrollar técnicas de cultivo y cacería comenzaron a establecerse y así empezó la vida sedentaria, cuando ya no era necesario preocuparse por cual sería el nuevo lugar por habitar comenzaron a realizar nuevas actividades como observar al cielo. Ahí descubrieron un sinfín de acontecimientos que al principio eran espectáculos únicos y con el tiempo descubrieron que los sucesos eran cíclicos y los cuerpos que flotaban en el cielo tenían cierto orden, por lo tanto era necesario establecer un calendario y describir los acontecimientos del firmamento.
Mientras los primeros habitantes trataban de describir los sucesos, inventaron los días, las semanas y los meses; varios siglos después, los griegos Hiparco y Ptolomeo se encargaron de escribir sobre las estrellas, así fue como se originó el primer mapa de las estrellas, que sigue siendo vigente hasta la actualidad.
El primer mapa era un catalogo de 850 estrellas organizadas en 88 constelaciones, cada una tenia una descripción acerca de su ubicación y el brillo que poseía a comparación de los demás, al mismo tiempo que se creó el mapa desarrollaron un sistema de epiciclos, describiendo los cambios en cada época del año y la forma en cómo suponían giraban alrededor de la Tierra, basándose en el universo de Aristóteles, donde todos los planetas y demás cuerpos giraban alrededor de la Tierra.
Posteriormente otros sabios chinos crearon mapas similares pero desde un punto de vista diferente ya que se localizaban en zonas diferentes de la Tierra.