La linfocitosis es la cantidad elevada de linfocitos presentes en la sangre. Los linfocitos son un tipo de célula blanca, presentes en la sangre, los cuales se encargan de producir anticuerpos (linfocitos B) y atacar cualquier agente que pueda ser un peligro (linfocitos T), como un virus o bacteria.
La linfocitosis no es una enfermedad; más bien, es una característica de una determinada enfermedad. Por ejemplo, si una persona presenta una infección respiratoria, los linfocitos aumentarán para poder combatir esa infección, creando anticuerpos y atacando todas las bacterias. Podríamos decir que la linfocitosis es un mecanismo de defensa que con un examen de sangre, como un hemograma completo, se puede detectar y así, ayudar a hallar el problema real, que es la infección.
Hay varias enfermedades que causan el aumento de linfocitos en la sangre; pero existe la linfocitosis absoluta y la relativa. La absoluta, es cuando el recuento de linfocitos supera las 4000 unidades por microlitro en adultos, las 7000 en niños mayores y las 9000 en lactantes. Por otro lado, la llamamos relativa cuando la proporción de linfocitos es mayor entre las células blancas y el recuento total es normal. En menores de dos años este estado no es un problema.
Algunas de las causas de la linfocitosis absoluta son las infecciones virales agudas, como la mononucleosis infecciosa (virus de Epstein-Barr); el coqueluche y el adenovirus tipo doce; la hepatitis; la tos ferina, más conocida como “tos de perro”. Además de esto, también la tuberculosis y la brucelosis, que son infecciones intracelulares crónicas causadas por bacterias; la leucemia linfocítica y linfoblástica; los linfomas. Luego de realizada una esplenectomía también se halla un gran aumento de linfocitos, ésta es una operación en la cual es extraído el bazo.
La linfocitosis relativa se presenta generalmente en enfermedades virales respiratorias, digestivas o de la piel, como el sarampión, varicela o rubéola.