Probablemente escuchemos frecuentemente sobre ácidos y lo utilicemos en nuestro vocabulario y hasta el nombre de una sustancia adictiva es similar; sin embargo su nombre y su definición no los conocemos exactamente.
Un ácido es calificado como cualquier compuesto químico soluble con el agua y produce un pH menor que 7. Hay varios tipos de ácidos pero se dividen en ácidos fuertes y ácidos débiles. Los ácidos poseen unas características que permiten reconocerlos o identificarlos, su sabor agrio los caracteriza sin duda, la reacción que poseen es con diferentes metales, son conductores de electricidad cuando son disoluciones, lo tornasol lo vuelven color rojizo, una gran cantidad son perjudiciales para la piel al corroerla, disuelven metales o cualquier sustancia.
Entre la gran variedad de ácidos encontramos el ácido acetoacético el cual se define por su mismo nombre y es del tipo cetónico, compuestos químicos, no posee algún tipo de olor mucho, menos conserva color. Este ácido es producido y conservado por los lípidos, específicamente el metabolismo de estos. Aunque no lo creamos nuestro organismo posee ácido acetoacético y lo excretamos en cantidades insignificantes a través de nuestra orina, se sabe que se tiene diabetes mellitus cuando al hacerse una prueba o examen de orina, es posible observarlo en cantidades mayores a las normales. El ácido es bastante inestable y un componente del grupo carboxilo es eliminado en forma de CO2 de forma prácticamente espontánea. Cuando se tiene un déficit en el transporte de los carbohidratos y se catalizan las grasas para obtener energías el olor de este ácido es similar al de la acetona además de un poco dulce.