La anasarca es el nombre clínico que recibe una de las modalidades más complejas del edema. Por este último se entiende la acumulación de líquidos en algún tejido o en las numerosas cavidades que posee el organismo. Además el edema constituye un aviso de otros trastornos más serios del cuerpo, por lo que casi siempre requiere un diagnóstico más profundo.
Entre los padecimientos que pueden generar la anasarca, edema generalizado o hinchazón, como también se le denomina algunas veces, se encuentran la cirrosis, las enfermedades renales crónicas, la enfermedad de la tiroides o el empleo de determinados fármacos como estrógenos, antiinflamatorios no esteroides y algunos fármacos utilizados para el control de la presión arterial.
El análisis médico puede incluir exámenes de albúmina en sangre, ecocardiografías, pruebas de la función renal y la función hepática, análisis de orina y radiografías, para detectar cualquiera de las enfermedades que generaron en primer lugar la aparición del edema generalizado.
En general los tratamientos estarán asociados a la enfermedad que esté afectando el organismo en ese momento, que a la vez constituye la causa principal del edema. En todos los casos, resulta de mucha utilidad controlar la ingesta de líquidos principalmente y de ser posible, pesar a la persona para monitorear la pérdida del peso producido por el aumento de los líquidos corporales.
No es necesario interrumpir las actividades cotidianas, aunque sí se aconseja a quienes padecen esta dolencia un cuidado detallado de la piel, para evitar desgarramientos, como es el uso de colchones y almohadas suaves. De la misma manera es pertinente dormir con las extremidades por encima del nivel del corazón si no presenta problemas respiratorios.
Además de la anasarca, existe el edema localizado que se desarrolla en una parte específica del cuerpo, como las piernas o los brazos. La aparición de este tipo de edema se debe de manera simultánea a la reducción de la circulación linfática y a la presión venosa de la región en cuestión.