La balenología es una disciplina que se dedica a estudiar los beneficios que las aguas termales o minerales aportan al cuerpo humano. Se estima que los efectos benéficos de determinadas aguas para el organismo hayan sido conocidos desde la antigüedad y que en formas distintas hayan aportado una ayuda importante para preservar el organismo en buena eficiencia y curar las enfermedades. La balneología se preocupa de evaluar los efectos de las diferentes aguas minerales en dos distintos sentidos:
– aguas que son ingeridas por el organismo (aplicación interna)
– aguas en que s puede bañar el cuerpo (aplicación externa)
Los tratamientos de aplicación externa se pueden realizar en bañaderas o piscinas y el agua se utiliza normalmente a temperaturas isotermales (33-36 grados). Los tratamientos de ingestión son condicionados por el tipo de agua utilizado, por el estado del enfermo y por la temporada del año, ya que durante el verano la mayor transpiración implica que el organismo precisa de una mayor cantidad de líquidos. La balneología permite también de efectuar tratamientos previo inhalación de vapores, compresas, y lavados o irrigaciones de partes anatómicas determinadas.
La balneología resulta muy efectiva para el tratamiento de muchas enfermedades, entre ellas destacan:
– algunas enfermedades del sistema cardiovascular, como la hipertensión arterial y algunas lesiones cardíacas
– algunas enfermedades del aparato locomotor, como la poliartitis infecciosa y la osteoartorsis crónica
– algunas enfermedades del sistema nervioso, como neuritis y poliomielitis
– algunas enfermedades ginecológicas, como peritonitis pélvica y cervicitis
– algunas enfermedades urológicas y renales
– algunas formas diabéticas
– algunas enfermedades de los órganos respiratorios como rinitis y bronquitis
– algunas enfermedades oculares como la conjuntivitis