La craneoplastía es un técnica quirúrgica que permite corregir defectos óseos de distintas regiones del cráneo mediante un proceso de reconstrucción. Su principal objetivo es la protección del cerebro. Entre los materiales más utilizados para realizar cirugías de craneoplastía se encuentra el polimetilmetacrilato, polímero plástico conocido también como Pmma.
Las principales ventajas de la craneoplastía residen en su exactitud, en los resultados estéticos satisfactorios, en la ausencia de reacción exotérmica. Se trata de una técnica que permite obtener superficies lisas y que no emplea materiales tóxicos. Hoy en día una valiosa técnica de apoyo a la craneoplastía es la estereolitografía, conocida también como Sla o Sl, un procedimiento láser que permite realizar objetos a partir de un modelo dado sobreponiendo finas capas de láminas.
En el caso de la craneoplastía, se realiza una tomografía computarizada que permite reconstruir en espejo del lado opuesto a la cirugía. Este método permite de obtener mejores resultados y de disminuir los tiempos de elaboración previos a la cirugía. Otra técnica en uso para los tratamientos de craneoplastía recurre a mallas en Titanio y resulta muy efectiva en caso de reconstrucción del cráneo en consecuencia de traumatismos o de pérdida de tejido óseo por la resección de tumores y reconstrucción de las paredes orbitarias. Las mallas de Titanio permiten reutilizar una parte del tejido óseo originario y se pueden encontrar en el mercado con distintos tamaños y características. Otro material utilizado en la craneoplastía es el peek, un polímero cuyo utilizo con respecto a esta cirugía es similar al polimetilmetacrilato.