La escrotoplastia se encuentra entre las operaciones de tipo estético, más recurrentes en los hombres. A pesar de que muchos individuos alegan como principal motivo de la operación la incomodidad de un escroto colgante y demasiado largo para la ejecución de acciones tan sencillas como cruzarse de piernas y manejar el auto, la realidad es que la mayoría de los interesados solo persiguen una apariencia más juvenil y atractiva de la zona genital.
En primer lugar, el escroto constituye la envoltura natural que rodea y resguarda los testículos y las vías excretoras que se ubican debajo del abdomen. En las edades más tempranas esta capa o membrana suele tener un tamaño más reducido que se agranda con el paso de los años y produce un descolgamiento que la mayoría de las personas encuentran poco atractivo, incluso desagradable, conocido como elongación del escroto.
Por este motivo se ha hecho tan frecuente la presencia masculina en consultas de cirugía estética, alentados además porque a diferencia de otras intervenciones, la escrotoplastia, reviste una sencillez increíble en su realización.
Por escrotoplastia se entiende la acción de resecar el fragmento de piel que sobra de la bolsa escrotal, en la circunferencia y anchura necesaria para cada paciente. Se obtiene como resultado una disminución considerable de la bolsa escrotal aunque el contenido permanece inalterado.
Entre las bondades de la operación se encuentran el carácter ambulatorio de la intervención, el empleo de anestesia local, la rápida recuperación del paciente y la ausencia de cicatrices visibles que desluzcan la zona. Tampoco existen contraindicaciones médicas que prohíban a algún interesado realizarse el proceso de escrotoplastia.
Los médicos coinciden en que se trata de una operación que genera grandes satisfacciones, tanto para el personal de salud como para los pacientes pues no suelen existir complicaciones que afecten el resultado final.
Solo en casos aislado la escrotoplastia se emplea para solucionar alguna molestia médica como es el caso de aquellos hombres a los que esta envoltura les ocupa hasta la mitad del pene, acarreando serias molestias durante las relaciones sexuales. En esa situación se realiza la misma operación pero los resultados tienen un impacto directo sobre la salud del paciente.
Muchos desechan la posibilidad de una intervención como esta motivados por absurdos prejuicios o desconocimiento de las características del proceso operatorio, pero en realidad bien vale la pena intentar cualquier acción que ayude al individuo a sentirse seguro y satisfecho con su sexualidad.