La cefoxitina es una cefalosporina inyectable de segunda generación. Las cefalosporinas son sustancias antibióticas de un grupo cuyos primeros miembros fueron obtenidos de un hongo llamado Cephalosporium acremonium.
La cefoxitina es un antibiótico. Tiene actividad bactericida sobre muchos microorganismos, tanto grampositivos como gramnegativos, especialmente sobre bacterias anaerobias. Compite con las transpeptidasas y las carboxipeptidasas, inhibiendo la síntesis de la pared celular bacteriana.
Se usa en infecciones del tracto respiratorio inferior, en la neumonía y el absceso pulmonar, en infecciones genitourinarias, en la cistitis y la uretritis, en infecciones intraabdominales, ginecológicas, del hueso y las articulaciones, en apendicitis, peritonitis, endometritis y en colecistitis. También se usa como profilaxis (prevención) antes de una intervención quirúrgica, especialmente en histerectomía vaginal y/o abdominal y en cesáreas.
En general, el tratamiento con cefoxitina no produce efectos adversos, excepto reacciones locales en la zona donde se ha inyectado el fármaco. No obstante, se han observado algunos efectos secundarios poco frecuentes que van desde la erupción cutánea, el prurito y la fiebre, hasta el shock anafiláctico (una reacción alérgica muy severa), la nefritis intersticial y el edema angioneurótico.
La administración de cefoxitina está contraindicada en pacientes con hipersensibilidad a esta sustancia y/o a otras cefalosporinas, y en niños menores de tres años. Los pacientes que siguen un tratamiento de más de siete días de duración deben ser controlados mediante análisis de sangre (control hematológico). Además, puede interactuar con otros fármacos. Cuando se toma con aminoglucósidos, aumenta la nefrotoxicidad. Si se toma con metronidazol, cloranfenicol o clindamicina, se logran efectos anaerobicidas.