La citicolina es una sustancia psicoestimulante y neuroprotector usado en el tratamiento de accidentes cerebrovasculares y traumatismos craneales que cursen con trastornos neurológicos que produzcan alteraciones en la capacidad cognitiva del paciente. Es el principio activo de distintos fármacos, entre ellos la Somazina y el Numatol.
El uso más común de la citicolina es en el tratamiento de ataques agudos de ictus. La citicolina estimula la formación de fosfolípidos, que son elementos constitutivos esenciales de la membrana neuronal, y de las membranas celulares en general. Al aumentar el ritmo de formación de fosfolípidos, las membranas lesionadas se reparan más rápidamente, lo que frena la muerte celular. No obstante, este uso está siendo discutido en la actualidad por distintos grupos de investigadores biomédicos. Parece que, según algunos estudios, la diferencia en el ritmo de recuperación de la función sensitivo-motora entre pacientes tratados con citicolina y pacientes a los que no se les administra este fármaco no es significativa.
La citicolina también tiene un efecto nootrópico, que quiere decir que produce una mejora en la función cognitiva del paciente. Puede mejorar el nivel de atención del paciente y su capacidad de concentración, mejorando su memoria. Por este motivo está indicado su uso en pacientes de Alzheimer y otras demencias relacionadas con alteraciones de la acetilcolina.
Este principio activo tiene muy pocos efectos adversos, sin embargo si está usted embarazada o dando el pecho no debería tomarlo excepto si su médico se lo ha recetado tras valorar el riesgo para el feto o el lactante y el beneficio terapéutico que le reportará a usted este tratamiento.