Qué es la linfocitosis atípica

Por linfocitosis se entiende un aumento del número absoluto de los linfocitos que circulan en la sangre. Normalmente los linfocitos se encuentran dentro de los glóbulos blancos en una proporción de entre 20 – 40%, así que cualquier cifra que supere esta proporción supone una linfocitosis, en cualquiera de sus modalidades.

La linfocitosis atípica, en específico, constituye la presencia en la sangre no solo de un número mayor de linfocitos sino que los mismos poseen alguna irregularidad en su morfología. Se considera linfocitos atípicos, a aquellos que han aumentado su tamaño y que, entre otras características, presentan un núcleo menos organizado que el resto de los linfocitos.

Los padecimientos en los que se encuentra con mayor frecuencia esta anormalidad de los glóbulos blancos, son la mononucleosis infecciosa y la toxoplasmosis, causada por el parásito Toxoplasma gondii. También puede aparecer en otras enfermedades como la hepatitis y las infecciones ocasionadas por el virus citomegálico.

La manera más eficaz de determinar el tipo de linfocitosis que presenta el paciente es la realización de un hemograma en primer lugar –para corroborar que se trata en realidad de una linfocitosis- de un frotis de sangre periférica. De esta manera el médico comprobará si se trata de un proceso benigno o reactivo a una infección causada por algún virus, por citar dos ejemplos, a partir de la morfología de los linfocitos. También resulta de gran utilidad contar con una historia clínica detallada que guíe al personal médico hacia un diagnóstico más acertado.

De manera general existen dos tipos de linfocitosis: policlonal, que se deriva de procesos inflamatorios e infecciosos, y monoclonal, en el caso de los padecimientos con tendencia a la proliferación.

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Categorias: Medicina
Ultima modificación: 10/28/2013