Qué es la ooforitis

La zona pélvica y vaginal de las mujeres, representa una de las más proclives a la presencia de infecciones e inflamaciones de tipo y sintomatología diversa. Un ejemplo de los padecimientos de este tipo que pueden enfrentar las féminas en cualquier momento de su vida, es la ooforitis, una enfermedad pélvica inflamatoria que afecta por igual al útero, las trompas de Falopio y las demás estructuras de la zona.

El modo más frecuente de contraer esta enfermedad es mediante las relaciones sexuales, aunque no debe descartarse la infección causada a partir de intervenciones quirúrgicas o ginecológicas, como por ejemplo la colocación de un dispositivo anticonceptivo y la labor de parto.

Existen importantes factores de riesgo para contraer ooforitis, entre los que figura la presencia de antecedentes de este tipo de padecimiento, el inicio temprano de las relaciones sexuales, especialmente en el período de la adolescencia, el desarrollo de un sistema promiscuo y cambiante de relaciones o la aparición de alguna infección de transmisión sexual.

Los síntomas que caracterizan la ooforitis son diversos e incluyen la secreción vaginal con un color anormal y mal olor, el dolor en la región pélvica y en algunos casos la fiebre. Otros no tan comunes pero igualmente importantes de conocer son la ausencia del proceso menstrual, el sangramiento después del sexo, las náuseas y el aumento de los dolores menstruales. No obstante, existe un tipo de enfermedad inflamatoria pélvica que no provoca ninguno de los malestares mencionados.

Para diagnosticar la enfermedad se precisa, en primer lugar, de una exploración de la pelvis para comprobar la situación de la zona y verificar si existen los síntomas de inflamación pélvica. En segundo lugar, es necesario aplicar exámenes como el de la proteína C reactiva y el conteo de glóbulos blancos. Algunos casos pudieran necesitar la realización de una ecografía, para resultados más profundos y certeros.

El tratamiento es base de antibióticos. La persona enferma deberá tomarlos en compañía de su pareja para que la sanación sea mutua, y luego no se vuelva a presentar porque uno de los dos no solucionó el padecimiento.

Es importante que las mujeres desarrollen el hábito de examinarse cada cierto tiempo con el propósito de descubrir a tiempo cualquier anomalía o trastorno que pueda desembocar en enfermedades mucho más complicadas. Además, conviene llevar un régimen de vida sexual saludable, para evitar contraer enfermedades sexuales indeseadas, como la clamidia o la dañina gonorrea.

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Categorias: Medicina
Ultima modificación: 10/28/2013