Para comprender mejor qué es una familia narcisista es importante conocer el mito de Narciso y Eco. Éste cuenta la historia de Eco, una mujer condenada a repetir las últimas palabras que escuchara de cada persona y Narciso, un hombre egocéntrico que lo único que hacía era contemplar su imagen en el reflejo del agua. Un día, Eco se encontró con Narciso y se enamoró de él; sin embargo, éste jamás la notó, por estar concentrado en su propia imagen. El único día que ella pudo decirle te amo, fue cuando él se lo dijo a sí mismo. Finalmente, ambos murieron, él ahogado tras el reflejo de su imagen y ella deprimida, buscando la atención y amor de él.
En una familia común, se espera que los padres se preocupen de sus hijos y satisfagan sus necesidades, atendiéndolos y amándolos de manera incondicional. Pero en una familia narcisista esto no sucede, sino que los roles se invierten y los padres viven a expensas de sus hijos, esperando logros y atención de parte de ellos. Los padres narcisistas ven a sus hijos como una extensión de ellos mismos, esperando que cumplan las cosas que ellos no pudieron realizar, como una carrera o un sueño frustrado, sin pensar en lo que a sus hijos les podría parecer mejor. Es una manera muy egoísta de pensar y los hijos salen muy dañados cuando, lamentablemente, nacen en este tipo de familias.
Los padres narcisistas no escuchan a sus hijos, al igual que Narciso, que jamás siquiera miró a Eco; ellos sólo viven pendientes de ellos mismos y de satisfacer sus propios deseos. Sus hijos, cuando crecen, suelen decir frases como: “soy abogado, porque mi padre quiso”, “esto es lo que mis padres decidieron”, “siempre quise ser pianista, pero a mi padre no le gustaba la idea”. Es muy triste, mas existen ocasiones en las que esto se ha podido solucionar realizando terapias y los padres se han dado cuenta de su error, han decidido cambiar y han fortalecido el apego entre ellos y sus hijos, poniéndoles más atención. En otros casos, los hijos simplemente han tenido que sobrevivir con esto y algunos hasta se han rebelado a costa de la pérdida de sus padres.