Las brújulas consisten de indicadores magnetizados. Estos indicadores permanecen libres, es decir no están unidos a la brújala en sí. Como resultado, pueden moverse y alinearse con el campo magnético de la Tierra. Esta característica es la manera como las brújulas determinan la dirección.
El campo magnético de la Tierra es un dipolo magnético o un circuito cerrado de corrientes eléctricas. Las cargas dentro del dipolo magnético fluyen hacia diferentes direcciones sobre la superficie de la Tierra, hacia el norte y hacia el sur. Esta función es la que le permite a la brújula indicar las direcciones.
El indicador magnético en una brújula se mueve en la dirección de la corriente eléctrica de la Tierra. Si la corriente eléctrica de la Tierra se mueve hacia el sur, el indicador de la brújula también apuntará en esa dirección. Es la manera como un individuo que utiliza una brújula sabe hacia dónde dirigirse en cualquier momento. Es una manera para navegar la Tierra con relativa facilidad.
Otras características de una brújula que la ayudan a funcionar es la manera como lucen en su carátula. La mayoría de las brújulas modernas están creadas con marcas sobre ésta. Estas marcas están diseñadas para ayudar a las personas a localizar direcciones con eficiencia. Las direcciones comunes como el norte, el sur, el este y el oeste pueden localizarse indicadas en la brújula. Como resultado, las compañías que las fabrican ayudan a las personas a usar una brújula, de manera que cualquier persona puede utilizarla aunque no conozca las instrucciones básicas.