En una lavadora el agua caliente o fría se dirige al tambor de la lavadora, cuando ésta se enciende calienta o enfría el agua, dependiendo del programa que haya sido seleccionado, después de que las prendas han sido cubiertas por agua, el jabón que fue agregado con anterioridad se mezcla con el agua, dispersándose uniformemente entre todas las prendas.
Un tambor interno en la lavadora comienza a rotar de izquierda a derecha y agita las prendas en el agua jabonosa, frotando una prenda con otra; este movimiento debe ser suave para evitar que las prendas se dañen y para asegurar la correcta limpieza de las prendas. El movimiento de este tambor puede ser programado de forma manual o en maquinarias modernas; este paso se realiza de forma automática, dependiendo del tamaño o el peso de la carga. Una vez que el tiempo necesario ha transcurrido, el agua jabonosa se elimina a través de una bomba y se hace llegar agua limpia para comenzar el ciclo de enjuague, este paso se repite hasta que los restos de jabón y espuma han sido eliminados totalmente. Si en el programa que ha sido seleccionado se toma en cuenta suavizante, al terminar, el enjuague se agrega automáticamente, posteriormente se elimina el agua y se efectúa el enjuague final.
Finalmente gracias al rápido movimiento del tambor, las prendas que se encuentran mojadas y sumergidas son exprimidas por la fuerza centrípeta que se origina por los giros del tambor interno y de esta manera se obtienen prendas húmedas y no mojadas.