Polvo, café, tierra y trocitos del bocadillo que nos cenamos anoche, podrían ser los ingredientes indeseables que puedan contener un teclado. Si no se examina con regularidad un teclado, alguna de sus teclas podría dejar de funcionar, quedarse atascado o dejar de funcionar por completo. Incluso unos estudios recientes han revelado que un teclado sucio podría contener más bacterias que las que se encuentran en el asiento del baño!
Si consideras que tu teclado tiene poco polvo, con tan solo pasar un paño húmedo, y luego uno seco será suficiente. Pero si has dejado pasar mucho tiempo, entonces es necesario hacer una limpieza más profunda:
1. Apaga tu ordenador y desenchufa el teclado. Voltea el teclado de tal modo en que las teclas miren hacia abajo y comienza a sacudir con suavidad el teclado, para que la suciedad salga con facilidad.
2. Remoja en un poco de alcohol ya sea un pedacito de algodón o un bastoncillo de algodón, para limpiar aquellas esquinas y rincones que sean difíciles de llegar, es probable que tengas que usar varios, todo dependerá de cuánta suciedad haya en el teclado y teclas.
3. Con un paño húmedo, limpia el teclado para quitar la suciedad y luego con otro paño seco remueve la humedad de la superficie.
4. Si ves que hay todavía mucha suciedad que se resiste a desprenderse, entonces habrá que proceder a separar todas las teclas del teclado. Para esto, necesitarás de un destornillador o cualquier otro objeto que no dañe las teclas, úsalo a manera de palanca para removerlas presionando con cuidado desde la base hacia arriba. Cuando ya tengas todas las teclas removidas, habrá más acceso para poder limpiar la parte interna del teclado. Usa un paño húmedo para limpiarlo completamente. Por otra parte, lava las teclas en una solución de agua con jabón, talla con una esponja y luego déjalas secar en una toalla. Coloca las teclas en su lugar hasta que estén completamente secas.
Al limpiar periódicamente tu teclado de esta manera, permanecerá relativamente libre de gérmenes y lucirá como nuevo.