Al proyectar un dibujo, hay que tener en cuenta, si es apto para la técnica que se quiere ejecutar y hacerlo en relación a tas proporciones elegidas. También, hay que observar la función y utilidad que deseemos dar a esos objetos, lo que condicionará la elección de una técnica u otra.
El dibujo ha de hacerse en un papel, y seguidamente, se calca a papel vegetal. Para reportarlo sobre el cuero, primero se moja por completo con una esponja toda la superficie de la piel por la flor de la misma (si no podría quedar mancha).
Luego, se van mojando, únicamente, las partes que se están trabajando. Es necesario humedecer el cuero para que las huellas de las herramientas se fijen en él y para lograr la extensión del mismo, como ocurre en el repujado, pero sin llegar a empaparlo. A continuación, se coloca encima el dibujo del papel vegetal con un peso para que no se mueva.
Con el trazador, se siguen todas las líneas del dibujo, presionando un poco, y con cuidado de no desviarse y de no pasar dos veces por la misma línea. Si la superficie a reportar es muy grande, de vez en cuando, se levanta una de las esquinas del dibujo para mojar el cuero y poder seguir marcando el dibujo.
Las distintas dimensiones que queramos dar al dibujo elegido, las podemos conseguir ampliándolo o disminuyéndolo en uno fotocopia.