Qué es la aguja tatting

El arte de coser acompañó a la humanidad desde siempre, o al menos desde bien temprano en su desarrollo. Primero como la necesidad primigenia y rudimentaria de vestirse, y luego, como una expresión de lujo y belleza, pues rápidamente se percataron hombre y mujeres, que el vestir y sus adornos hacían la diferencia entre los hombres.

Paradójicamente, la etapa en que coser era una actividad estrictamente manual y reducida dio los ejemplos más hermosos y complicados del arte sobre tela, en específico: el bordado. En cambio, la actualidad y sus procesos industriales han coartado en gran medida el espíritu del detalle y la originalidad que hasta hace unos siglos distinguía a los sastres de entre todos los oficios.

Quizás por esa nostalgia es que hoy regresan o se rescatan algunos modos de hacer, como es el caso del bordado tatting, o con agujas tatting, que no es más que una forma puramente decorativa del trabajo con agujas que se realiza para crear intrincados y fascinantes diseños.

Para esta técnica sobre tela se pueden usar dos herramientas, o ambas combinadas: una aguja o una lanzadera, aunque en ambos casos se utiliza la misma técnica. La aguja es como el resto de las empleadas en la costura, pero más grande y algunas tiene un gancho en el extremo para unir los fragmentos del bordado.

El bordado tatting se usa en diversas aplicaciones: grabados en las almohadas, pañuelos u otro tipo de objetos decorativos como marcadores de libros. El tatting puede realizarse con cualquier tipo de hilo o cordel del color que desee el artesano. Entre los más frecuentes se encuentran el algodón, el poliéster e incluso las fibras de nylon.

Aunque el hilo y la aguja tatting es todo lo que hace falta, actualmente es posible encontrar hasta libros de patrones para los amantes de la técnica. Lo cierto es que los resultados abarcan desde los resultados más sencillos, hasta los diseños más intrincados y espectaculares.

 

 

 

 

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Categorias: Tela
Ultima modificación: 10/28/2013