Cómo hacer un presupuesto de ahorro mensual

El ahorro mensual al que puede aspirar una persona está determinado por su renta máxima. Según esto podemos tratar de confeccionar una renta que nos indique nuestra restricción presupuestaria como si el ahorro fuera un producto de consumo más.

¿Qué quiere decir esto? Pues que la suma de todos los valores de lo que compremos a lo largo del mes (incluido el propio ahorro) deben ser iguales a nuestra renta máxima, es decir, a nuestro sueldo.

Sabiendo esto, podemos eliminar de la renta máxima la cantidad de alimentos que vayamos, previsiblemente, a consumir. Así nos preparamos para reunificar los gastos de forma que hagamos más fáciles los cálculos. Al precio de estos alimentos le añadimos los préstamos que tengamos que amortizar, gasolina, ocio… todos los gastos que pensamos que vayamos a tener, y la cantidad restante será la que podremos ahorrar, si es que no se nos ocurre algo en lo que gastarlo. Por lo tanto, lógicamente, cuanto menor sea la cantidad gastada en cosas que no sean ahorro, mayor será el propio ahorro.

Ahora llega el momento, una vez planteado todo sobre el papel, de tratar de minimizar estos gastos y aumentar así la diferencia entre la renta máxima y el costo que tiene la vida para nosotros.

Podemos tratar de reducir gastos como la gasolina yendo a trabajar en bicicleta o en transporte público, o compartiendo coche con nuestros compañeros de trabajo cuando esto sea posible. Del mismo modo puede ahorrarse a la hora de comer si utilizamos los tickets descuento que ofrecen la mayoría de grandes supermercados, o hacer uso de las zonas “discount” de los mismos, donde encontraremos productos que por sus características no quedaría bien vender a gente con más posibilidades económicas que tu.

En estas zonas de los supermercados podemos encontrar también productos a punto de caducar, con dos días de margen por ejemplo, que nos permitirán comer bien, productos de calidad, y además a precio mucho más bajo.