Ser un niño es una época maravillosa de la vida. Cuando eres niño tienes una gran inocencia y la capacidad de sorprenderte por todo. Es más que habitual ver a los más pequeños interesarse por las cosas que no conocen y tu labor como padre, madre, cuidador o cualquiera que sea la relación que tengas con el pequeño es la de enseñarle todo aquello que no reconoce o le resulta desconocido.
Si hay algo que llama especialmente la atención de los peques de la familia, es la música y todo lo que ella conlleva. La música y los sonidos de distintas cosas tienen un gran poder sobre los más pequeños. Al oír un sonido nuevo que desconocen instantáneamente se muestran interesados en él.
Los niños son como esponjas, por eso no renuncies nunca a enseñarles esos sonidos que no reconocen pero que consiguen sacarle una sonrisa y ¿qué hay más bonito que la sonrisa de un niño o un bebé? Pocas cosas, la verdad.
En la ciudad descubrirá un montón de sonidos que le llamarán la atención, como por ejemplo los de los medios de transporte. Son precisamente estos los que ocupan en gran medida su atención.
Uno de los sonidos de los medios de transporte más característicos es sin duda el sonido del tren al pasar por la ciudad. Su sonido solemos reproducirlo como algo parecido a esto “chucuchuchuchu….chucuchucuchu…” si se lo explicas así al pequeño pronto aprenderá a decirlo pues es una combinación de letras bastante sencillas para los niños que comienzan a hablar.
Otro de los sonidos habituales de los medios de transporte en ciudad, es sin duda, el del coche. Desde bien pequeños es normal escuchar a los niños imitando su sonido con algo similar a “runrunrun” así suelen describir los niños el ruido del motor de los coches.