Cuando llegue el momento del regreso a clases todos deben estar listos para evitar un ataque de nervios. La mochila que acompañará al niño el resto del año debe ser elegida con mucho cuidado, ya que en muchas ocasiones los estuches, libros, cuadernos, y demás, forman un gran peso que el alumno carga diariamente en la espalda y una mochila inadecuada podría lastimarlo.
El primer paso para erigir una mochila es elegir una que no sea superior al tamaño del torso del niño, ya que si es demasiado grande le resultará incómodo cargarla, además que seguramente intentará llenarla con más cosas de las que necesita. Después de haber elegido un par de opciones se deben de evaluar las asas. Éstas deben de ser anchas para que aguanten el peso y no dañen los hombros del niño; es recomendable que se lleven cortas para que la mochila no salga del espacio del torso y preferentemente deben estar acolchadas.
La mayoría de las mochilas no cuentan con un cinturón adaptado a la cintura, pero se recomienda elegir una que sí lo tenga, de este modo el peso se distribuirá uniformemente.
Finalmente se deben buscar mochilas con respaldos fuertes y que permitan la transpiración. La mayoría de las mochilas tienen respaldo de tela y plástico, esto provoca que los libros al interior se doblen y duela la espalda. Además los respaldos de plástico impiden la ventilación y provocan que el niño sude y se sienta incómodo.
Muchas personas suelen pensar que las mochilas carro son una buena opción pero deben recordar que la muñeca del niño es muy frágil y se puede lastimar.