La mayoría de los ríos del mundo se originan por la acumulación de lluvia, siempre que llueve o se derrite nieve, el agua resultante corre rápidamente cuesta abajo desde cada montaña, el agua que fluye va formando surcos que con el tiempo se vuelven más hondos y más anchos, hasta convertirse en grandes ríos que llevan agua constantemente hacia barrancas o lagos y finalmente al mar.
Como ya se había mencionado, los ríos generalmente provienen de las partes muy altas de montañas, sin embargo algunos ríos son originados por el agua que está acumulada en los mantos acuíferos, los cuales tienen grandes reservas de agua filtrada y por este motivo alimentan a los grandes ríos. Este tipo de fenómeno se observa en ríos perennes, que hace referencia a ríos que están activos todo el año.
Es importante tener en cuenta que los ríos no provienen de los valles, sino que van hacia los valles por caminos que se han labrado a la desembocadura a través del tiempo, en las partes más altas se van formando riachuelos que alimentan a otros riachuelos más grandes, finalmente formando grandes ríos trabajando y uniéndose en el mismo punto, al mismo tiempo, para llegar al mar. En la actualidad se pueden observar pocos ríos ya que la contaminación, el calentamiento global y el uso desmedido del vital líquido en ciudades ha provocado la pérdida de ellos y al mismo tiempo la destrucción de hermosos paisajes que eran hogar de un gran número de especies animales y vegetales.