Breve historia de la economía de México

Para comprender mejor la situación actual de un país, es importante conocer ciertos eventos relevantes de su historia económica. Se decidió relatar solamente los hechos más importantes ocurridos desde la guerra de independencia que terminó en 1821.

Después de las cinco décadas de inestabilidad política que siguieron la independencia de México, los cuatro mandatos consecutivos de Porfirio Díaz (en el último cuarto del siglo XIX) han dado lugar a un crecimiento económico muy importante. Este crecimiento fue acompañado por la inversión y la inmigración desde europea, el desarrollo de una red de ferrocarriles y la explotación de los recursos naturales[2].

En los años 1900, el PIB per cápita alcanzó el nivel de Argentina y Uruguay, tres veces mayor que el de Brasil o Venezuela. El promedio de crecimiento económico entre 1876 y 1910 alcanzo los 3,3%. No obstante, la represión política y la enorme desigualdad de los ingresos, aumentada por el sistema de distribución de la tierra sobre la base de los latifundios, donde millones de campesinos vivían en condición precaria, condujeron a la Revolución Mexicana (1910-1917), un conflicto armado que transformó la vida política, económica, social y cultural de México durante el siglo XX en una naciente democracia social. El país se reconstruyó durante las décadas siguientes[3].

El período de 1930 a 1970, dicho el “milagro mexicano” por los historiadores económicos, fue un período de crecimiento económico fomentado por un modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) para proteger y fomentar el desarrollo de las industrias nacionales. Gracias al modelo de ISI, el país experimentó un auge económico porque las industrias aumentaron su producción rápidamente. Los cambios en la estructura económica incluyeron la distribución gratuita de tierras a los agricultores, la nacionalización del petróleo y de los ferrocarriles, la introducción de la legislación social en la Constitución, la aparición de sindicatos laborales, y la mejora de las infraestructuras. Mientras que la población se duplicó de 1940 a 1970, el PIB se ha multiplicado por seis[4].

El modelo ISI ha llegado a su máximo a fines de los años 1960. Durante los años 1970, los gobiernos de Echeverría y López Portillo trataron de incluir el desarrollo social en sus políticas, un esfuerzo que aumentó los gastos públicos. Con el descubrimiento de enormes yacimientos de petróleo en un momento en que los precios del petróleo aumentaban bruscamente, el gobierno decidió pedir prestado en los mercados financieros internacionales para invertir en la empresa pública responsable de petróleo, que también sería una fuente de ingresos a largo plazo para promover el bienestar social. De hecho, este método provocó un incremento extraordinario en los gastos públicos[5].

En el período entre 1981 y 1982, el panorama cambió abruptamente: el precio del petróleo se hundió y las tasas de interés aumentaron. En 1982, el Presidente López Portillo, justo antes del final de su mandato, dejó de pagar la deuda externa, devaluó el peso y nacionalizó el sistema bancario, con muchas otras industrias que se vieron gravemente afectadas por la crisis, incluida la industria del acero[6].

En 1938, se nacionalizó la producción de petróleo y se creo PEMEX. Después, en 1986, México entró a la OMC. En 1994, adhiero a la OCDE y empezó la crisis económica mexicana de 1994-1995. Finalmente, el primero de julio de 2000, entró en vigor un tratado de libre comercio con la Unión Europea