Cristóbal Colón tuvo tres barcos en su primer viaje, La Niña, La Pinta y La Santa María. Colón partió desde el puerto de Palos de La Frontera el 3 de agosto de 1492. Su buque insignia, La Santa María, tenía 52 hombres a bordo mientras que los otros dos barcos, La Niña y La Pinta, tenían a 18 hombres cada uno.
La Santa María era una nao, algo similar a una tina, y no podía acercarse la línea costera. Por otro lado, era capaz de llevar un gran cargamento, y no tenía problemas para permanecer navegando en el mal clima. La Niña y La Pinta eran carabelas, de menor calado que una nao, no tenían mucho espacio para cargamento pero eran capaces de explorar las bahías y las bocas de los ríos. Una carabela tenía cabida aproximadamente para 20 miembros en la tripulación, quienes dormían en la cubierta y se introducían únicamente si el clima era malo.
La tripulación era dirigida por Martín Alonso Pinzón (capitán de La Pinta). Todos eran marineros experimentados y cuatro de ellos habían tomado una oferta del trono español de amnistía de prisión si realizaban el viaje. Muchos de los marineros eran de los pueblos cercanos de Lepe y Moguer.
Durante varios días, los barcos de Colón avanzaban en promedio un poco más de cuatro nudos al día. La velocidad máxima de los barcos era de ocho nudos. Estas velocidades eran bastante típicas para los barcos de ese tiempo. Así que en general, de 90 a 100 millas en un día era lo típico, y 200 era excepcional. Uno de los tres barcos en el primer viaje, La Santa María era el más lento, y La Pinta era el más rápido. Aunque las diferencias no eran muy visibles en un viaje largo.