La historia de la aviación comenzó en el año 600 a. C. en China, donde las personas volaban utilizando cometas colocadas en sus cuerpos, aunque no se trataba de ninguna especie de experiencia agradable, en realidad era un castigo. En el siglo V a. C., el inventor Lu Ban creó un “pájaro de madera”, cuyos detalles se desconocen pero pudo haberse tratado de una cometa grande o un planeador antiguo. Los globos de aire caliente con linternas a bordo fueron construidos en el siglo VII a. C. en China, y se utilizaron para asustar a los enemigos durante la batalla. Y nuevamente, el vuelo humano por medio de una cometa fue registrado en el año 559.
Muchos siglos después, en el siglo IX, el inventor y erudito islámico Abbas Ibn Firnas hizo una demostración del primer planeador conocido e inventó un paracaídas primitivo, que le permitió sobrevivir a una caída de 50 pies sufriendo únicamente algunas heridas.
El genio italiano Leonardo da Vinci realizó varios diseños de máquinas voladoras y escribió notas relacionadas a la aviación, aunque nada de lo que propuso fue construido. No fue sino hasta el año 1783 cuando se puso la primera piedra de la aviación moderna, se construyó una máquina voladora de verdad, un globo de aire caliente, construido por los hermanos Montgolfier y volado por Jean-Francois Pilatre de Rozier y Francois Laurent d’Arclandes sobre un camino de cinco millas, aproximadamente 8 km. Accionado por el fuego de madera ardiente, se trató del primer globo sin un mecanismo de dirección.