Wifredo el velloso, también conocido simplemente como Wifredo, nació en el año 840 y murió en el 897. Para el año 878 recibió los condados de Barcelona, años después su gobierno coincidió con un periodo de crisis que llevó a la fragmentación del imperio carolingio en principales feudales. Este personaje fue el último conde de Barcelona designado por la monarquía francesa y el primero que legó los estados a sus hijos, a partir de este momento los condados se trasmitieron por herencia, aún cuando los reyes francos simplemente sancionaron la transmisión de esta forma. Con este acontecimiento se crea la base patrimonial de la casa de Barcelona.
La idea de la que Wifredo el velloso fue el artífice, no fue de la independencia de los condados catalanes sino del propio nacimiento de Cataluña, cuando se realizó este cambio, uno de los más importantes acontecimientos fue la repoblación de la extensa tierra de la plana de Vich, cuya población en aquel entonces se encontraba desolada y bajo dominio musulmán; al repoblarse el área fue nombrada como Condado de Osona y se fundaron unos los mas importantes monasterios, el de San Juan de las Abadesas y el de Ripio, restaurados en su totalidad por el obispado de Vich.
Wifredo, ya como pequeño soberano, no dependía de la corona para poseer su título y pudo actuar con total libertad para construir en nuevas tierras. Bajo su dominio, las tierras eran prósperas y él respetado por la misma monarquía, con quien se relacionaba a la perfección pero sin confundir su lugar.
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