Cómo afrontar una separación

Una separación no es una experiencia muy sencilla de afrontar, no únicamente por el hecho en sí, sino porque jamás nos han enseñado a cómo manejar internamente este tipo de situaciones, pues está implícito, que en nuestra experiencia de vida, inevitablemente las separaciones se den de una forma u otra.

Debido a que es parte intrínseca de nuestra vida, es importante además, aceptar la posibilidad de que una separación puede ocurrir en cualquier tipo de relación que tengamos.

Cuando experimentamos una separación, pasamos por una serie de procesos internos, muy parecidos a los que se dan durante un duelo, que van desde la negación del quiebre de la relación, que nos impide aceptar la realidad de la nueva situación.

A medida que los hechos van asentándose, aún existe esa resistencia interna, que puede derivar en otros sentimientos como la desesperación de no poder hacer nada para rever la situación, el enojo o la rabia, la culpa de no haber hecho esto o aquello, y también el aislamiento.

Esta parte del proceso puede durar un corto o largo tiempo, dependiendo de cómo se afronte la situación desde un inicio, o cómo ésta haya sido planteada, es decir, si es que fue algo hablado por ambas partes, el golpe, a pesar de haber sido doloroso, puede que sea más sencillo de sobrellevar, en especial si todo aquello se realizó en buenos términos.

Por el contrario, si la ruptura se debió a un acontecimiento brusco e inesperado, como resultado de una infidelidad, esto podría llegar a afectar el proceso a la larga e incluso también la confianza y la autoestima de la persona. Otro factor que puede hacer difícil la separación es la existencia de hijos.

Sin embargo, a pesar de las dificultades o el dolor, toda situación puede ser sobrellevada y superada, si se lo hace desde el principio con honestidad hacia uno mismo, con valentía e inteligencia, dando un paso a la vez, observando y analizando siempre los sentimientos, optando siempre por decisiones que sean para mejor.

Además una ruptura implica un borrón y cuenta nueva con respecto a muchos proyectos que se hayan pensado con la antigua pareja, los cuales deben ser erradicados y reemplazados por otros, que tengan que ver con el crecimiento de uno y de los hijos, en el caso de que los hubieran.

Esta es una buena oportunidad de crear nuevas perspectivas para uno, explorar nuevos horizontes y madurar un poco más cada día. De esta sabiduría de la experiencia, mucho dependerá también cómo los hijos eventualmente afrontarán sus propias relaciones futuras, con exceso de innecesario melodrama o con la valiente madurez de avanzar en la vida sin importar qué.

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Categorias: Psicologia
Ultima modificación: 11/11/2013