En la vida diaria los compañeros de estudio o trabajo influyen en la vida de cada uno, esto es inevitable, ya que el simple hecho de compartir tiempo con otras personas conlleva adoptar rasgos y actitudes de ellas.
La influencia de estas personas puede ser positiva o negativa y se define como presión de grupo. Dentro del salón de clases la presión de grupo puede ser positiva o negativa.
La presión positiva es la que se busca generalmente, por ejemplo: cuando un compañero de la clase de ciencias enseña a otros alguna técnica para aprender con facilidad el nombre de los planetas, o cuando cierto grupo le enseña a otros algún truco para mejorar sus habilidades del fútbol o básquetbol, se entiende como presión de grupo positiva.
Contra la influencia positiva está la negativa, por ejemplo: cuando un grupo de alumnos en la escuela presiona para que alguien no asista a sus clases, o cuando los compañeros del equipo de fútbol tratan de convencer a otros de actuar agresivamente, se entiende como presión de grupo negativa.
Muchas personas se ven envueltas en esta presión y se olvidan del buen juicio con tal de ser aceptados y evitar la burla del resto del grupo. Para evitar ser influenciado por esta presión se debe de tener sentido común y evaluar las consecuencias de cada acto y así ubicar al grupo que ejerce sobre nosotros una presión positiva y junto a ellos, pasar el mayor tiempo posible, así como es importante aprender a decir “no” a quienes ejerzan una presión negativa.