El trastorno bipolar es un diagnóstico psiquiátrico que describe un trastorno en el estado de ánimo de la persona caracterizado por la presencia de uno o varios niveles de energía claramente diferenciables entre ellos por lo que dicha persona suele oscilar entre un estado de alegría y otro de tristeza más marcado que las personas que no padecen dicho trastorno.
Por tanto, se pueden ver diferentes niveles de trastornos bipolares. El caso del trastorno bipolar I se da en aquellos individuos que han sufrido un episodio depresivo aunque no es necesario para diagnosticarlo. Solo es necesaria la aparición de diferentes episodios mixtos de cambio de humor.
En el caso del trastorno bipolar II se diagnostica a aquellos pacientes que presentan una demencia temprana y que tienen una inestabilidad anímica importante junto con una conducta impulsiva. Este tipo de trastorno bipolar se caracteriza porque los episodios depresivo son mayores y suele aparecer, al menos, un episodio hipomaníaco. Estos episodios no provocan ningún tipo de alteración social u ocupacional pues carecen de los rasgos psicóticos.
Este grado de trastorno es mucho más complicado de diagnosticar pues los episodios de hipomanía pueden aparecer como un síntoma de éxito y suele darse con menor frecuencia que la depresión.
El caso del trastorno bipolar III se da en pacientes de edad avanzada ya que los mecanismos cerebrales que regulan el estado de ánimo se encuentran alterados ya sea por factores externos como pueden ser los fármacos o bien por algún tipo de lesión cerebral producida por un inicio tardío de la enfermedad bipolar.