La fe va implícita en cada uno de nosotros, mientras unos la tienen otros carecen de ella. Tener fe no significa tenerla en la misma religión durante toda la vida y una persona puede cambiar su orientación religiosa en cualquier momento de su vida. Por eso se trata de uno de los elementos más personales que cada individuo puede tener.
Estudios realizados en los últimos años sacan a la luz que casi un 5% de los ciudadanos latinoamericanos adultos, han cambiado sus inclinaciones religiosas al menos una vez a lo largo de su vida.
El cambio de creencias religiosas puede estar mal visto por algunos estamentos de la sociedad. Pero si es tu intención no te preocupes, siempre que lo hagas de una manera totalmente respetuosa con tu anterior creencia.
Lo primero que debes hacer es hablar con tu párroco habitual y comentarle tu intención de abandonar la fe que hasta el momento profesabas. Hazlo con total naturalidad y respeto, háblale de tus dudas y de lo que te ha llevado a dejar de lado tu religión. En el caso de la fe católica o cristianismo, lo primero que deberás hacer para abandonarla será apostatar.
Si cree tener claro a que religión cambiarse, no lo haga a lo loco, sin conocer bien los preceptos de su nueva religión. Puede haber algo que no le guste, por eso le recomiendo que investigue, lea libros sobre el tema, hable con personas que tengan ese tipo de religión. Todo para estar seguro de dar el paso correcto.
También puede acudir a alguno de los servicios religiosos de la nueva religión que quiere adoptar. Si finalmente se encuentra satisfecho, hable con el pastor. Será él quien le indique los pasos a seguir para entrar a formar parte de la nueva religión. Una vez completados ya serás miembro de pleno derecho de la nueva fe elegida.