La infidelidad en el matrimonio es un pecado que Dios castiga, cuando una pareja decide casarse juran fidelidad ante Dios y un líder de la iglesia que posee la gracia de Dios es el encargado de consagrar dicha unión. El verdadero cristiano en ningún momento debe de ser infiel, ni siquiera en pensamiento, porque eso lastima no sólo a la persona que vive a su lado, también a los hijos producto de la relación consagrada por Dios. Así como existe infidelidad en el matrimonio, ésta también puede ser expresada a Dios, cuando se le niega o cuando se pone atención en algo que no sea su fe cristiana. A continuación se presentan algunos versículos relacionados con este tema.
(Hebreos capítulo 13, versículo 4) “…Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla, humas a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios…”
(Isaías capítulo 47, versículo 10) “…Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tú misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y no más…”
(Génesis capítulo 2, versículo 24) “…Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y allegarse a su mujer, y serán una sola carne…”
(Daniel capitulo 11, versículo 37) “…Y del Dios de sus padres no se cuidará, ni del amor de las mujeres: ni se cuidará de dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá…”
(Daniel capítulo 7, versículo 25) “…Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en mudar los tiempos y la ley: y entregados serán en su mano hasta tiempo, y tiempos, y el medio de un tiempo…”