Qué es el síndrome post-flebítico

El síndrome post-flebítico hace referencia al proceso de hinchazón y dolor que procede a una trombosis, o sea, después de sufrir una obstrucción de las venas de la pierna a causa de un coágulo. El síndrome post-flebítico puede tardar meses en aparecer.

Sus principales síntomas, además de la inflamación y la sensación dolorosa, son el color rojizo y brillante que adopta la pierna durante esa época, el surgimiento de várices, e incluso en algunos casos conlleva la aparición de úlceras.

Sin embargo, no todos los pacientes que padecen el síndrome, experimentan los mismos síntomas. De hecho los médicos reconocen la existencia de diferentes cuadros clínicos dentro de la misma enfermedad, como lo son la forma edematosa, donde lo mayoritario es la existencia de edemas, la forma flebolinfedematosa, en la que son frecuentes la linfangitis y la forma ulcerativa, que es la más común e implica la existencia de úlceras –como indica su nombre-, dermatitis, celulitis, edemas y varicosidades.

Para entender mejor el síndrome post-flebítico, hay que aclarar que cuando ocurre una trombosis se dañan seriamente las válvulas de las venas, que son las que no permiten que la sangre retroceda. La afectación de estos importantes componentes del sistema circulatorio provoca que se acumule la sangre y aparezcan edemas, así como el resto de los síntomas mencionados.

Existen algunas maneras de prevenir la aparición de este síndrome, entre las cuales se encuentran dormir con la pierna elevada, variar la posición del cuerpo cada cierto tiempo y vincularse a tratamientos que aumenten y estimulen la circulación sanguínea del cuerpo. Además los médicos recomiendan el empleo de unas medias de compresión gradual durante el horario del día que cuando las piernas están sometidas a un esfuerzo mayor.

Los tratamientos médicos para este padecimiento incluyen la inmovilización de la pierna, la medicación antiséptica, infiltraciones de simpático, el uso de antiinflamatorios y venostáticos, mientras que los tratamientos quirúrgicos van desde el a flebectomía safena interna y externa, hasta los injertos de piel en la zona más dañada.

 

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Ultima modificación: 10/28/2013