Cada persona es única, diferente, con sus cualidades y defectos, tenemos cosas que nos hacen diferentes y otras que son comunes en algunas personas, por ejemplo la forma de nuestro rostro. Existen divisiones que se han hecho: redondo, cuadrado, triangular, en forma de corazón, rectangular, alargado y ovalado.
Y si con el paso del tiempo o por factores externos, como alguna enfermedad o por agentes extraños, nos toca utilizar gafas, lentes o anteojos, debemos tener el cuidado de seleccionar estos de acuerdo a la forma que tiene nuestro rostro.
Para esto lo primero que hay que hacer es saber qué forma tiene nuestro rostro, ya teniéndolo claro se procede a la elección, para esto considerar:
- Las caras cuadradas pueden optar por gafas redondeadas u ovales, que no tengan muchos diseños y detalles, que el marco sea fino y clásico.
- Las caras redondas pueden decidir entre marcos cuadrados o rectangulares, con ángulos bien definidos, los lentes pueden ser grandes que cubran las sienes.
- Los rostros en forma de corazón pueden usar marcos rectangulares, de colores claros, los cristales o lentes pueden ser sin montura.
- Las caras triangulares pueden elegir marcos con formas geométricas, pueden ser anchos pero no muy altos, alargados hacia las sienes sin salirse del rostro.
- Los rostros ovalados pueden lucir casi cualquier tipo de gafas, pueden ser redondeados o cuadrados, todo depende de la personalidad de quien los vaya a lucir.
- Las caras rectangulares deben optar por marcos redondeados que den una sensación de alargamiento al rostro
- Los rostros alargados pueden elegir gafas de líneas alargadas, con marcos de colores suaves y amplios.