Muchas veces la piel se ve afectada por los vellos, pues éstos crecen bajo la misma formando pequeñas bolitas, dándole un aspecto desaseado y tornándolas proclives a infecciones. Para evitar que esto suceda se deben cambiar ciertos hábitos e incluir otros en la rutina del depilado.
Previniendo la formación de vellos bajo la piel
– Es mejor rasurarse con la piel previamente bien humedecida con agua caliente, haciendo que los poros se dilaten lo suficiente para una mejor afeitada. Cuando realice su baño habitual, aproveche para realizar esta rutina de belleza, utilizando espuma de afeitar o jabón.
– Cada vez que se rasure verifique que la maquinita de afeitar posea filo, pues ésto, además de hacer que los vellos se corten con mayor facilidad, evitará que la piel se irrite. Evite rehusar rasuradoras viejas.
– Mueva la rasuradora siguiendo la dirección en que crece el vello, para proteger la piel de irritaciones.
– Esperar una media hora después de la depilación para untar sobre la piel, algún producto hidratante o nutritivo y sin perfume o alcohol. Si es posible utilice gel de áloe vera, previamente enfriado en la heladera, para aliviar y regenerar cualquier daño que haya causado la depilación.
– Después de rasurarse, espere un buen tiempo antes de nadar en agua clorada o para salir al sol y exponerse a su radiación.
– Es bueno acostumbrarse a realizar una exfoliación semanal de la piel, con productos especiales como esponjas y cremas, dando masajes circulares a la piel, esto evitará que el vello crezca por debajo de la piel. En el caso de que los vellos encarnados sigan apareciendo, será bueno intentar otros métodos de depilación hasta que encuentre el más adecuado.