Por definición una mascarilla es una capa de productos de origen cosmético o natural que se aplica sobre la piel (normalmente la cara o el cuello) o el cabello para nutrirlo, conservarlo u otros motivos estéticos. Existen mascarillas de muchos tipos, ya sea en polvo, en pasta, de sólida térmica, fango o gel. Hoy vamos a ver cómo elaborar de forma casera algunas mascarillas para el cabello con elementos que solemos tener en casa o que pueden ser fácilmente adquiridos en cualquier tienda. Las mascarillas caseras suelen ser bastante recomendables ya que al ser naturales no poseen agentes químicos que puedan dañar nuestro cabello.
Como hemos dicho hay muchos tipos de mascarillas. El tipo de mascarilla a usar dependerá del tipo de cabello que tengamos y los beneficios que deseemos obtener. Veamos algunos ejemplos.
Para cabellos dañados y frágiles es recomendable aplicar una mascarilla de plátano o banana. Para elaborarla simplemente hay que pelar y chafar o pisar la fruta, agregar un poco de miel y mezclarlo todo. Como suele ser habitual la mascarilla se aplicará sobre cabello húmedo y se dejará que actúe durante unos veinte minutos. A continuación nos aclararemos el cabello con abundante agua.
Para cabellos secos y sin brillo podremos usar una mascarilla de limón y huevo. Para elaborarla pondremos una yema de huevo en un bol y la removeremos a la vez que iremos añadiendo poco a poco una cucharada de aceite de oliva. A continuación añadiremos jugo de limón y mezclaremos bien hasta obtener una sustancia cremosa. De nuevo aplicaremos sobre cabello húmedo, dejaremos actuar 20 minutos y aclararemos.
Para cabellos muy secos recurriremos a una mascarilla de aguacate o palta. Tras pelar y triturar el aguacate (a ser posible maduro), echaremos tres cucharadas de yogur natural. Mezclar, aplicar y enjuagar.