Conocer la temperatura de un horno es fundamental a la hora de realizar algún plato que requiera de una intensidad de calor específica para su cocción perfecta. No todos los hornos poseen termostato, en especial en el caso de aquellos hornos que ya poseen su edad, o que tengan termostato pero que por alguna razón ya no funcione. Situaciones que no resultan ser un inconveniente si es que se conocen otras maneras de hacer el cálculo de la temperatura.
Técnicas para calcular la temperatura del horno
Una sencilla manera es utilizando una hoja de papel blanco, que deberá introducir en el horno previamente pre-calentado por quince minutos, poniéndola por encima de la rejilla, en un lugar donde pueda observarla bien. Se calcula la temperatura en relación al tiempo de acuerdo a lo que vaya tardando el papel en tornarse dorado.
A los 30 segundos la temperatura del horno está ya bastante elevada, entre unos 250º a 300º, siendo ésta perfecta para cocinar masa de brioche u hojaldres.
Pasados los 60 segundos, la temperatura del horno está media a caliente, entre unos 200º a 250º. Temperatura especial para cocinar tartas o masas en general.
A los 90 segundos, la temperatura del horno puede describirse como media a moderada, entre unos 150º y 200º. Esta temperatura es muy buena para cocinar pastas e incluso pastelillos.
Pasados los 3 a 4 minutos la temperatura del horno ya es baja o suave, entre unos 120º a 150º, siendo esta temperatura ideal para cocinar masa quebrada o galletas. Pasados ya esos 4 minutos, la temperatura llega a ser levemente suave, unos 100º a 120º, la cual se puede aprovechar para cocinar mousses, soufflé o merengues.