Las propiedades nutricionales de los garbanzos (legumbres secas) son muy amplias. Rico en lecitina y aceites grasos esenciales, conteniendo en 100 gramos vitaminas A, B6, B9 C, E, K, tiamina, niacina, riboflavina, folato y ácido pantoténico y minerales como el hierro, calcio, magnesio, fósforo, sodio, yodo, zinc y potasio.
Además son buena fuente de fibra especial para regular el colesterol absorbiéndolo antes que el intestino lo haga, eliminándolo luego, lo que mejora considerablemente el funcionamiento de los sistemas digestivo y cardíaco además de ser desinflamatorio, sin olvidar mencionar que posee carbohidratos que son generadores de energía. También ofrece buena cantidad de proteínas. Las personas que tienen alergias a algunas legumbres, deben evitar su consumo si es que se produce una reacción.
Son ingredientes principales de la mayoría de los platos de Oriente y Medio Oriente, y se cree que provienen de Persia. Pueden ser cocinados de infinitas maneras gracias a su gran versatilidad.
Antes de cocinarlos, se recomienda remojarlos en agua si es posible desde la noche o un día anterior para ablandarlos lo suficiente y así facilitar la cocción, procurando hacerlo inmediatamente al día siguiente.
Cocínelos los garbanzos en agua hervida, y vaya probándolos hasta que sienta que ya están blandos, antes que comiencen a partirse. Para darles más sabor, puede echar en el agua en donde los está cocinando un poco de sal, algunas hojas de laurel, cáscara de limón, zanahoria, cebolla, cilantro u otro tipo de condimento o especia que sea de su predilección.