El ajo es un condimento muy nutritivo y versátil pudiendo ser utilizado como ingrediente en casi la mayoría de las recetas, lo que implica que posiblemente deberemos tener en nuestra cocina una buena cantidad del mismo para tenerlo a mano las veces que lo necesitemos, cuidando que conserven su frescura.
Algunas sugerencias para la conservación del ajo:
Ajos en ristras (trenza u horca), es una opción muy práctica a la hora de adquirir mucha cantidad de ajos. Para conservarlos frescos y que no se humedezcan, colóquelos cerca del lugar en donde prepara sus alimentos, para que el vapor caliente de la cocción constantemente vaya eliminando la humedad que pueda acumularse en ellos.
También podría optar por perlar cada uno de ellos, y cargarlos en bolsitas de plástico que luego las tendrá que cerrar herméticamente, para conservarlas perfectas en el congelador, utilizando paulatinamente sólo lo que necesitará.
Ajos en cabezas sueltas, en este caso deberá destinar un lugar de la cocina que posea buena ventilación, que esté seco y oscuro para prevenir que los dientes de ajo entren en proceso de germinación.
También puede apartar ya los dientes de las cabezas para guardarlos. Para esto deberá colocarlos en una bolsita de plástico o recipiente que posea una buena cantidad de agujeros para que el contenido se ventile.
Guardarlos en la heladera no es muy recomendable, a pesar de ser un hábito muy común, pues la temperatura del ambiente del refrigerador puede incentivar a que los dientes comiencen a brotar.
Al momento de utilizarlo para darle un toque de sabor a nuestras comidas, al diente ya pelado clávele un escarbadientes para retirarlo con facilidad de la olla cuando crea que sea el momento.