Un cortador de galletas es un utensilio de cocina utilizado para la repostería cuya función consiste en cortar la masa con diferentes formas para que al cocinarla quede con ella.
El cortador suele ser de un metal antiadherente, para que de esta forma la masa de galleta no se quede pegada y evitando de este modo que al retirarlo se quede todo pegado y se rompa la forma. Se coloca sobre la masa de la galleta amasada y aún sin cocinar, cuando todavía está blanda y maleable. Se ajusta hasta el fondo, para cortar toda la forma y separarla del resto de la masa. Tras esto se retira con cuidado, ya que se podría dañar la figura que hemos creado con el cortador. Al final se despega el molde de la pasta de galleta, que aparecerá definitivamente con una curiosa forma. Las formas suelen ser divertidas, para hacer atractivo a los niños el comer galletas caseras. Los hay de muchos tipos y formas: coches, arboles… pero el más reconocible es el que tiene forma de niño o muñeco. Por supuesto son formas muy básicas ya que si tuviesen un enorme grado de detalle la masa quedaría muy fina y podría romperse antes o durante el horneado posterior de la masa de galleta.
En la actualidad, los cortadores de galleta tienen un menor uso, y se utilizan sobretodo en las fábricas que dan forma a las galletas, y suele ser redonda o cuadrada. El hobby de hornear galletas en el hogar ya no goza de la fama que antes tenía entre las amas de casa, pero se sigue practicando no obstante.