La danza moderna es una forma de danza que se enfoca en la expresión seria de las emociones internas, utilizando un estilo interpretativo, de libre movimiento, en vez de seguir las reglas rígidas características de muchas disciplinas de la danza. Cuando la danza moderna se desarrolló por primera vez al comienzo del siglo XX, se le consideraba extremadamente radical e iconoclasta; al paso de los años desde entonces, la danza moderna se ha mezclado muy de cerca con otras disciplinas como el jazz, el ballet y el tap, algunos danzantes o bailarines trabajan tanto en los estilos de danza moderna como en los clásicos, tomando prestadas técnicas de ambas.
El inicio del siglo XX fue en lo general una era iconoclasta, puesto que la vida en Europa y en los Estados Unidos atravesó algunos cambios dramáticos. El industrialismo estaba en su apogeo, muchas naciones participaban en la Primera Guerra Mundial y la sociedad estaba cambiando rápidamente. Conforme las reglas de la vida se modificaban debajo de los pies, algunos bailarines comenzaron a sentir que las reglas formales del ballet clásico eran demasiado estrictas y comenzaron a desarrollar su propio estilo de baile libre que llegó a convertirse en la danza “moderna”, para diferenciarlo del ballet clásico.
En una representación de danza moderna, el bailarín generalmente está descalzo o utilizan zapatos suaves. Se mueve en un estilo libre y casi improvisado, y es común observar caídas controladas y otros movimientos interesantes del cuerpo que juegan con la gravedad. A diferencia del ballet, que trata de alcanzar las estrellas con grandes saltos y caminando de puntitas, en la danza moderna el bailarín permanece cerca del suelo, especialmente en una pieza influenciada en gran medida por la psicología y los estados emocionales intensos.