Los disfraces sobre temas históricos son los más costosos de hacer en materia tanto económica como de coste en imaginería ya que constan de varias partes unidas entre sí y muy complejas y diferentes a la ropa que en la actualidad utilizamos.
En primer lugar necesitamos un tipo de tejido muy suave como el eskai o incluso terciopelo, pero ha de ser un material liviano. El color de las telas varía entre el rojo, amarillo y verde en su mayoría. Una vez tengamos la tela debemos preparar el sombrero en primer lugar. Son sombreros puntiagudos con sus puntas caídas hacia abajo regularmente y de los que cuelgan cascabeles, un motivo muy recurrente en este disfraz. Tras ello, haremos el collarín, también terminado en picos y agasajado con cascabeles. El resto del cuerpo es un mono desde el cuello hasta los pies con el mismo tipo de tela utilizado en el sombrero y el detalle del cuello. Hacia las rodillas deben ser bombachos y más ensanchados. Para ello utilizaremos cartón sin plegar. La sensación a la vista será la de un pantalón bombacho y nadie se percatará de que es un simple cartón bajo el mono a esa altura del cuerpo.
Para finalizar tenemos los zapatos. Esto se puede arreglar con tela una vez más, poniéndola sobre nuestros propios zapatos y tejiéndola de manera que la punta quede puntiaguda o incluso rizada hacia atrás de donde cuelgue un cascabel más grande que el resto. Por supuesto toda la tela sigue siendo del mismo color y textura.