La mayoría de las chicas de taberna eran refugiadas de granjas o molinos, atraídas por los atractivos sueldos que mostraban los volantes publicitarios, el trabajo fácil y las buenas ropas, de acuerdo con lo que dice la historia. Así que si se planea elaborar el disfraz de una chica de taberna, hay algunos elementos que deben cuidarse. Telas de terciopelo o de satén en tonos brillantes y negra, un corsé y falda adornada con flecos, borlas y listones, una sombrero con una pluma de avestruz, un camafeo y guantes sin dedos.
Primero hay que preparar todas las partes del disfraz. Hay que realizar todo el tejido y el decorado. Para un look atrevido, la falda y las enaguas deben doblarse y adecuarse justo por debajo de la línea de la cadera, ocho pulgadas, a lo largo de la línea frontal de la pierna derecha o izquierda.
Ahora el cabello. Las chicas de taberna por lo general tenían el cabello largo y lo tenían recogido por detrás. Si es necesario, hay que adquirir una peluca.
Se coloca la blusa, unas medias, la liga, el liguero y los bombachos. También hay que colocarse el corsé y asegurarse de que el extremo superior de la blusa muestre un poco más que lo que comúnmente se mostraría.
También hay que colocar la falda y ajustar la pretina sobre el corsé. Se colocan las enaguas hasta que queden bien arregladas con la falda.
Se atan unas botas y se coloca un sombrero inclinado. También se porta el collar y los guantes. Finalmente se coloca una bufanda de plumas sobre los hombros.