¿Cómo pintar una puerta de chapa? Lo cierto es que no resulta difícil pintar una puerta o ventana de chapa. Lo primordial es preparar muy bien la superficie antes de darle el toque final.
Si queremos tener éxito a la hora de pintar una puerta de chapa, debemos tener en cuenta que hay unas pautas que seguir. Si no nos desviamos de la norma lograremos que el acabado sea perfecto y que la pintura nos dure en condiciones por mayor tiempo.
Bien, como hemos dicho, lo más importante es preparar bien la superficie a pintar. Para ello lo primero que haremos será limpiar muy bien la superficie con un trapo humedecido en una mezcla de agua con detergente. Si la suciedad fuera mucha o incluso hubiera presencia de hongos usaríamos agua y lejía. Si en la superficie a pintar hubiera manchas de grasa, lo mejor para eliminarlas es el aguarrás.
Una vez hemos limpiado y aclarado la superficie de chapa, procederemos a lijarla con una lija fina. En caso de que la superficie estuviera en malas condiciones antes de lijar usaremos un cepillo de alambre. También hemos de comprobar si la puerta presenta abolladura. En tal caso la rellenaremos con un poco de masilla hasta lograr que quede pareja con el resto de la superficie. Lijaremos con la lija fina para emparejar y dar un acabado bien liso. Por último, limpiaremos bien la puerta para eliminar el polvo que haya podido quedar tras usar la lija. Una vez realizado todo esto comprobaremos si la puerta presenta óxido. En tal caso habremos de pintar con convertidor de óxido.
A la hora de pintar hay que intentar no pintar con la chapa caliente. Pintar con brocha o rodillo queda a nuestra elección. Recordemos por último que resulta conveniente dar como mínimo dos capas de pintura, dejando entre capa y capa secar muy bien la pintura.