Tan solo unos meses antes de que llegue el verano, la gente se dispone de inmediato para informarse en todo lo relacionado a cómo refrigerar de la mejor manera la oficina, o alguna estancia de la casa que permita dar comodidad a todos sin tener que sufrir los efectos del calor.
Se puede adquirir un aire acondicionado y localizarlo en algún punto estratégico dentro de la casa, evitando que haya filtraciones de aire exterior el cual al final de mes pueda dar una desagradable sorpresa en la factura de la luz. Habrá que determinar qué tipo de aire acondicionado adquirir en base al tamaño o amplitud de la habitación, para ello, pregúntale al vendedor cual es el más indicado para tus necesidades.
Cuando el aire acondicionado haya sido instalado, procura mantener una temperatura de 23 a 25 grados, temperaturas inferiores a estas podría afectar la salud de las personas quienes están aspirando por largos periodos dentro de esa habitación, ya que podría causar constipación y dolores de garganta debido a los bruscos cambios de temperatura.
Pero si tu presupuesto no te permite comprar un aire acondicionado, puedes adquirir una refrigeración más convencional, es decir, adquirir un ventilador de aspas común y corriente. Si vas a instalar un ventilador de techo, procura que esté lo más alto posible para que la ventilación pueda ser lo más uniforme posible.
OTRAS RECOMENDACIONES.
Para ayudar a que la temperatura de una habitación se mantenga estable justo cuando la temperatura exterior está en su punto más álgido, puedes simplemente cerrar las persianas y juntar las cortinas, de tal modo en que se evite la entrada de luz y calor.
Procura abrir las ventanas a primera hora de la mañana, para que entre ventilación fresca, y cuando llegue el mediodía ciérralas, ya que a esa hora es cuando el calor empieza a concentrarse. Luego ya por la tarde puedes abrir de nuevo las ventanas, esto permitirá que el aire fresco circule.